Leo un interesante texto de Salvador Dalí en el que diferencia entre fantasmas y espectros:
"Un fantasma es un cuerpo que parece irreal, pero que sin embargo se puede iluminar con cualquier cuerpo físico ordinario. Un espectro no absorbe la luz, ni tampoco la refleja; brilla, es fosforescente. Existe tanta diferencia entre un espectro y un fantasma como la que existe entre un pollito amarillo que acaba de romper el cascarón y una patata hervida grasienta que acaba de salir de la marmite. El sol es un espectro par excellence, tal como indicaría el nombre de su espectro; la luna es un fantasma entre los cuerpos celestiales porque no hace más que dejarse iluminar emitiendo la imagen de su propio reflejo, su propio fantasma".
Resulta una consideración eminentemente práctica porque es conveniente, a los efectos oportunos, detectar en nuestro entorno unos y otros. Darías nombres para conformar la correspondiente lista espectral y fantasmal, pero no conviene dejarse llevar por los impulsos de este post.
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5 comentarios:
Los inconvenientes, en función de las circunstancias, se vuelven convenientes, y viceversa... la "t" se convierte en "j" y la "j" en "t"...
además de los fantasmas y los espectros, están las sombras....tambien se podría abordar el tema de las sombras
¡Ah, sin duda, las sombras! Interesante reflexión, aunque tal vez las sombras sean, incluso, un poco más difusas.
A veces las sombras son más claras...
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