Mis recientes lecturas me llevan a reflexionar sobre el adulto-joven, que parece no evolucionar y cuya juventud no es una etapa más, sino un impasse que se estanca capciosamente.
A veces, las encrucijadas vitales se ocultan y te atrapan en una situación intermedia disfrazada de estéril cotidianidad.
De todos modos, hay que sacar réditos de tales dilemas, si ello resulta viable.
martes, 19 de agosto de 2008
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