lunes, 11 de junio de 2007

rostros


El metro de Madrid es una sucesión constante de rostros anónimos que transitan con prisa en todas direcciones. Me fijo en algunos de ellos, fugazmente, y pienso que, tal vez, nunca más los volveré a ver. El anonimato de la gran ciudad es un puzle de indiferencia.

1 comentario:

Mimi dijo...

Es lo que tienen las grandes ciudades, pasas fácilmente desapercibido y nadie, o casi nadie, se fija en ti.
No te conocen, te sientes más libre y no te cohíbes ante nada.